Los altos costos y la incertidumbre climática limitan los cambios en la rotación, pese al buen resultado del maíz en la última zafra con una cosecha récord de casi 2 millones de toneladas, que fue absorbida en su totalidad por el mercado interno. 

De cara a la nueva campaña de verano, los productores del centro del país no prevén grandes cambios en su esquema de siembra. Según opinó el Ing. Agr. Nicolás Martínez, director de Agromotora Flores (AMF), “el área de maíz no crecerá, porque el negocio soja sigue siendo más accesible y de menor riesgo en un año que podría venir con clima más seco”, dijo en diálogo con Informe Tardáguila.  

Martínez explicó que los maíces de primera ya están nacidos y muestran una muy buena implantación, beneficiados por un régimen de lluvias regulares durante septiembre y comienzos de octubre. Sin embargo, aclaró que el porcentaje del cereal dentro del esquema agrícola, en el caso de AMF, se mantendrá en torno a 10% del área, frente a un 90% de soja.

“Hoy el productor no tiene incentivos para mover la rotación. La soja es más barata de hacer, muchos tienen semilla propia y no deben desembolsar grandes montos. En cambio, el maíz requiere un paquete tecnológico completo y con precios deprimidos no es el año para asumir más riesgo”, afirmó.

El técnico consideró además que el maíz de segunda dependerá de las lluvias de diciembre: “Si diciembre llueve normal, se puede repetir el área del año pasado o algo más. Pero si se confirma un escenario seco, será difícil”.

La superficie de siembra de maíz alcanzó las 259.931 hectáreas en la zafra pasada, 10% más que la campaña anterior, según la DIEA. 

Martínez añadió que el negocio de soja sigue ajustado, sin prácticamente ventas anticipadas, y que el mercado “no muestra señales de mejora en el corto plazo”, por lo que los productores prefieren mantener una planificación conservadora.

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